agosto 24, 2009

Así que mi sonrisa traicionera te ha estado contando mis secretos. Cuando ni siquiera yo sabía nada, cuando no era más que el amasijo de dudas impertinentes dejado por el descarrilamiento de mis pensamientos, el enorme accidente que has provocado en mis huesos y que entorpece los cruces de mis sinapsis y el lub-dub de mi corazón; todas y cada una de las veces que me cortas la respiración.
Dejaría de sonreír para que dejases de oír mis pensamientos, solo que me encanta que me hagas sonreír.
Así que me pronpongo conquistar tu base con besos en la espalda.

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