julio 27, 2009

une.
Destino que ríe
a nuestra costa cuando
cae el otoño.

deux.
Corazón latente
emociones impertinentes
nublan el día.

trois.
Solo otro
suspiro
otra mañana gris.

quatre.
Amor venidero
esperanzas en venta
corazón en fuga.

cinq.
Restos vestidos
de calma tempestuosa
y colores alegres.

julio 20, 2009

i.
Huír de todo
y no mirar cuando
cruzamos en rojo.

ii.
Que no me digan que te ayude, porque ya no me da la gana.

iii.
Si por cada desilusión me regalasen una caricia.

iv.
Si no te importa, voy a esperar en vano un poquito más. Exactamente el tiempo que voy a tardar en vender el corazón para que los sentimientos se los quede alguien a quien le den mejores resultados.

v.
Si el muy cobarde no se da a la fuga antes. Míralo, cómo sí que sabe huír cuando le conviene. Menos mal que soy más rápida y mi lógica siempre le da alcance y lo noquea.

vi.
Ese maldito
semáforo no deja
de mirarme.

vii.
Amárrate el pelo, mujer. Que puedes con esto y con mucho más, y lo sabes. Ya se llevará el viento los retales de la piel quemada.

julio 16, 2009

Igual piensas que tenemos que buscarte. Igual crees que tenemos que esperarte. Esperar a que despiertes, esperar a que recobres el maldito sentido común, esperar a que te des cuenta de que estás haciendo daño a tu alrededor. ¿Te das cuenta de que si sigues esperando puede que el daño sea irreversible? No me queda paciencia esta vez, ya te dí demasiada. Te he dado tanta paciencia y te he buscado tantas veces cuando a mi no me has dado nada más que palabras medio llenas y a menudo carentes de sentido. Porque no las sentía(mos). Pero espero que esa persona llene tus días, o que al menos lo intente, porque ya estamos cansados de soplar contra tu vendaval.

Lo peor de marcharse es que nadie te busque. Lo peor de que te busquen es que sea para lamer sus heridas (cuando las tuyas siguen abiertas de par en par). Así que, como no quiero que me busques, agarro mi fular rojo y me largo.

julio 14, 2009

Algo se está cayendo.
Oigo explosiones lejanas, escucho el tictac de un reloj que me susurra y me quiere contar la verdad, pero está tan lejos que el viento se lleva sus palabras, y no puedo hacer nada.

Ayúdanos a entender por qué te alejas de nosotros, déjanos verte, y cuéntanos por qué ya no confías en nosotros. Sabemos hacia dónde conducen las señales, deja que las derribemos y que se pudran los restos en el asfalto.
No te vayas, te echamos de menos.

julio 12, 2009

La que va contra la ola

Tus padres no pudieron elegir mejor tu nombre. Y hoy hace veinte años de eso.

Es admirable cómo eres mezcla de emociones y pasión, todo enredado con sonrisas en los rizos de tu pelo. Igual por eso te admiro, porque contrasta con el frío de mi corazón. A veces parece que estás tan por encima que no estoy segura de qué haces aquí, hablando conmigo. Pero, como soy más bajita, arañas las nubes y me das cachitos para que las disfrute yo también. Yo no puedo alcanzar las nubes, ni dormir con la luna, ni reír con el sol, pero te regalo no-me-olvides que crecen en el suelo que piso, que yo no las necesito porque no te olvido ni con la más traumática de las amnesias.

~

Por la amistad
que me regalas y que
muero si pierdo.

Por ser tú.

julio 08, 2009

Siempre pareces saber. Sueles saber qué decir y hacerlo con la voz apropiada. A veces un poco tarde, pero tus ganas de no perderme compensan por las sonrisas que me faltan en ese tiempo.


~


Sigo aquí y
no debería seguir
sintiendo esto.

julio 04, 2009

No somos más que anuncios sin neones y de pies sucios, vendiendo historias de una vida, vendiendo desamor y enemistad, vendiendo tragedia.
Y es que no sabemos hacer otra cosa. Todos nuestros poros gritan "quiéreme", y nos mantenemos en pie hasta que el corazón se nos oxida y el viento nos lleva.


(Aunque a veces, sólo a veces, alguien logra vender amor puro y amistad eterna.
Sólo a veces.)

julio 02, 2009

Anocheció, y las luciérnagas se fueron al sur, porque mi corazón estaba demasiado frío. Las estrellas se volvieron mudas, y de pronto no quería hablar con nadie. Pero la luna seguía mirándome. No sé qué coño quiere, porque no sé dónde guardé el amor que tenía guardado para las noches en vela.