julio 02, 2009

Anocheció, y las luciérnagas se fueron al sur, porque mi corazón estaba demasiado frío. Las estrellas se volvieron mudas, y de pronto no quería hablar con nadie. Pero la luna seguía mirándome. No sé qué coño quiere, porque no sé dónde guardé el amor que tenía guardado para las noches en vela.

2 polaridades:

marta dijo...

La luna sólo quiere dar el poco calor que conserva, para que vuelvan las luciérnagas.
Te sigo.
Un beso MUYGRANDE :)

Anónimo dijo...

Espero que tu corazón haya recuperado el calor.

Precioso texto. Me alegro de haber llegado hasta aquí.

Un besito.

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